11.10.09

Narcosueño 2


Segunda parte del relato.
Mientras el gentío exacerbado lo arrastraba hacia la parte delantera de la máquina, El Pulga alcanzó a ver como uno de los canas se hacía de su mochila con marihuana y discretamente se perdía entre las sombras.
Forcejeó intentando librarse, pero estaba hecho un matambre humano, le acomodaron las rodillas sobre la vía y la dueña del tren, la misma vieja vigilante que lo había mandado preso en Concordia un tiempo antes, se puso al mando de la locomotora y le ordenó al maquinista que le pasara alcohol a la rueda
- Para que no le infecte la pierna, sosténganlo al delincuente.
La locomotora comenzó a avanzar muy lentamente, “El Pulga” sintió como la rueda le mordía la piel y comenzaba a cortarle la pierna, quiso gritar, pero no le salió ningún sonido, intentó levantar la pierna y lo logró, pero solamente levantó la mitad, la otra parte quedó debajo del tren, lo mismo sucedió con la otra gamba.
Y pasó una rueda y otra y otra, y al fin cuando “El Gran Capitán” terminó de pasar los dos pedazos separados de sus piernas estaban en medio de las vías, los putos libreños lo habían soltado y miraban desde el andén como los perros se peleaban por los despojos, pero la pelea duró poco, a medida que los perros comían la carne y bebían la sangre, comenzaban a sentir los efectos de la cannabis sativa contenida en ellas. Algunos se volvían melancólicos y le aullaban a la luna, otros se acercaron al “pulga” y comenzaron a girar en torno a él buscando un tema de conversación.
- La vuelta del perro- le dijo un mantonegro sarnoso
- ¿Que onda, “pulga”…? le preguntó el perro del “Perro”
- ¡Como pega tu sangre, loco!- le comentó un yaguá con los ojos enrojecidos
- ¡ Guau, que viaje, Pulga!- Le ladró un cusco viralatas
- ¿ Te falta mucho “ Pulga”? la que le hablo era “Loira” la cachorra boxer que había huido de la boca del “Perro”, allí se había vuelto adicta al humo del porro
Esperaban a que se muriese desangrado.
Pero El Pulga era un Narcochorro recio y con recursos, comenzó a frotar la cinta de las muñecas contra uno de los durmientes hasta que logro cortarla, de uno de sus bolsillos sacó un puñado de grasa consistente, la misma que utilizaba para cubrir los ladrillos de faso y tapar el olor de la marihuana, y se aplicó en ambos muñones sangrantes, de otro bolsillo sacó un trozo de film de polietileno, que utilizaba para aislar el faso engrasado, y se aplicó sobre los muñones ensangrentados y engrasados con la intención de detener la hemorragia, tenía que llegar hasta la Boca del Perro a dos cuadras y de la estación.
Estaba arrastrándose hacia el andén cuando sintió una mano sobre el hombro y la voz del “Perro” le decía
– Pulga, que te pasa Pulga, despertate…
Se despertó y lo primero que hizo fue sacarse una enorme cucaracha que se le había metido entre las nalgas.
Se tocó las piernas, las contó de una en una, se las pellizcó, las sintió más suyas que nunca, las volvió a contar, no estaba seguro, le pidió papel al “Perro”
- ¿Ya vas a fumar un porro?
- ¿No, gil, tengo que hacer una suma, ayudame.
-Que pasó ? ¿ Te pegó mal el faso…?- Preguntó “El perro”
-Una pesadilla…- espantó un par de cucarachas de la cama.
- Vamos a tomar algo, perro, no quiero volver a dormir.
Se quedó sentado inmóvil sobre la cama por unos instantes…
…muy despaciosamente se calzó las zapatillas, sintió algo movedizo y frío dentro, las agarró las sacudió, cayeron varias cucarachas de ambas dos…
Odiaba la boca del “Perro”….
Estaba rebozante de cucarachas, reptaban por todos lados…
Odiaba todo en ese lugar…
…Las cucarachas…
…“El Perro”, era más repugnante que las cucarachas…
… a tal punto que él se traía su propio mate para no tomar el mate del “Perro”…
… no soportaba al “Perro” pero…
… se lo bancaba por que no tenía adonde ir…
…Si no fuese por ese detalle…
… ya lo habría acostado…
… lo habría cagado a trompadas…
…de una…
...“El perro” era un cagón…
…él mismo lo había tratado de puto y cobarde por teléfono…
…”El viejo” estaba de testigo…
… y “El perro” había metido la cola entre las piernas…
… y se bancó el insulto…
… y aceptó una piedra de “merca”…
… y le conseguía el faso para llevar a Derqui…
… y le iba a conseguir putas…
… y …
- Pulga, baja, todavía estas colgado loco, tomate un poco de esta.-
le dijo “El perro”.
Una gruesa y blanca línea se destacaba sobre el enorme y oscuro cristal que se utilizaba solamente con una finalidad, hacer líneas de cocaína; a veces largas y gruesas, otras veces cortas y finas, dependía del stock.
El toque artístico lo ponía “Cocodrilo” cuando estaba inspirado, se mandaba una
línea circular y dejaba una pequeña montaña blanca de “merca” en el centro, la llamaba El Volcán – Yo tendría que haber sido artista, tendría…- decía.
“El pulga” rechazó el canuto de diez pesos que le ofrecía “El perro”, rebuscó en su riñonera y sacó un billete de dos, lo enrolló cuidadosamente, pero antes de aspirar se tapo una de las fosas nasales con un dedo y expelió aire con todas sus fuerzas por la otra, una catarata de líquido y moco salió en forma de lluvia y el piso quedó regado con pequeños charcos blancuzcos.
- Es el corte...- comentó innecesariamente “El pulga”.
Realizó la misma tarea con la otra fosa nasal.
“El perro” miraba con asco y repugnancia
- Yo pensaba regar para barrer, pero ahora no es necesario.- Comentó
- Pero apurate, mirá que cuando eso se endurece, tenés que sacarlo con pico y pala.- Ironizó “El pulga”.
…Menos mal que no aceptó el canuto… pensó “El perro”.
Diez centímetros de cocaína por un lado diez centímetros por el otro, veinte centímetros de merca se perdieron dentro de la nariz de “El pulga”, comenzó a sentirse mejor.
Mientras se preparaba un mate “El perro” daba cuenta de la merca que restaba sobre el cristal.
El sabor amargo del mate se mezclaba con un líquido así de amargo que le fluía desde la nariz hacia la garganta.
Se sentía Muy Bien…. Eufórico… INVULNERABLE.
La puta que vale la pena estar suelto, aunque sea en esta pocilga…Pensó.


Tal vez continúe…

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